Ermita de San Pelayo

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Ermita de San Pelayo

Descripción

En un alto cercano al núcleo urbano de Villodas se levanta la ermita de San Pelayo, una construcción humilde de piedra, ejemplo típico de la arquitectura religiosa rural del País Vasco. Su silueta, visible desde varios caminos del pueblo, acompaña al paisaje como una prolongación espiritual del lugar.

Reconstruida a principios del siglo XIX, la ermita sigue en pie como testigo silencioso de la devoción popular, aunque su uso litúrgico es hoy esporádico. De planta rectangular, cubierta a dos aguas y materiales sobrios, representa una espiritualidad sencilla, íntima, sin ornamentos.

Desde hace más de veinte años, la comunidad representa aquí el Belén viviente de Villodas, una tradición navideña que une generaciones y vecinos en torno a una escena compartida de fe, historia y ternura. El acto concluye, como es costumbre, con una chocolatada entre asistentes, reforzando el carácter acogedor del pueblo.
En la visita virtual, la ermita de San Pelayo puede ser presentada como un espacio de recogimiento y horizonte: un lugar donde paisaje, memoria y comunidad se dan la mano sin necesidad de palabras. Su valor no está solo en los muros, sino en todo lo que ha visto y sigue simbolizando.

En detalle

La ermita de San Pelayo se encuentra en lo alto de una colina al norte de Villodas, desde donde se divisa el valle y el cauce del río Zadorra. Su entorno, elevado y abierto, la convierte en un lugar muy especial tanto por su valor simbólico como por su ubicación paisajística.

Es una ermita de tipo rural, modesta y funcional. Data del siglo XVIII y fue reconstruida a principios del siglo XIX, aunque probablemente exista una tradición anterior de culto en ese mismo lugar. Está dedicada a San Pelayo, un joven mártir cristiano nacido en Galicia y muerto en Córdoba en el siglo X, muy venerado en el norte peninsular.

Es el epicentro de las fiestas patronales de Villodas, celebradas el 26 de junio en honor a San Pelayo. Allí se celebra una misa campestre y una jornada festiva con procesión, comida popular, juegos y bailes.

También es el escenario del tradicional Belén viviente que se celebra en diciembre desde hace más de 20 años, organizado por los propios vecinos. En ocasiones, se utiliza como punto de encuentro para otras actividades al aire libre, como salidas escolares o jornadas culturales.

El espacio que rodea la ermita ha sido acondicionado como un merendero natural, con bancos, mesas de piedra y zona de sombra, ideal para comidas populares, meriendas o encuentros familiares. Está rodeado de árboles, campos y caminos rurales, lo que lo convierte en un lugar tranquilo y muy frecuentado por los vecinos en primavera y verano.

La ermita conserva una talla gótica de Santa Catalina, procedente de Badaya y un relieve neoclásico de la Dolorosa.

La antigua Escuela

Galería

Ermita de San Pelayo

Ermita de San Pelayo

Vistas desde el merendero de San Pelayo

Vistas desde el merendero de San Pelayo

Ermita de San Pelayo

Ermita de San Pelayo

Merendero de San Pelayo

Merendero de San Pelayo

Ermita de San Pelayo y fuente

Ermita de San Pelayo y fuente

Merendero de San Pelayo

Merendero de San Pelayo

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